Recomendaciones de la TCFD: Forjar un futuro sostenible 

by  
AnhNguyen  
- 22 de abril de 2024

The Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD) was established by the Financial Stability Board (FSB) in 2015, in response to growing concerns about the financial implications of climate change […]

El Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera relacionada con el Clima (TCFD, por sus siglas en inglés) fue creado por el Consejo de Estabilidad Financiera (CEF) en 2015, en respuesta a la creciente preocupación por las implicaciones financieras del cambio climático[1]. El objetivo de esta iniciativa es desarrollar un conjunto de recomendaciones para una divulgación más eficaz de la información relacionada con el clima que pueda promover decisiones de inversión, crédito y suscripción de seguros más informadas. Con ello, la TCFD pretende que las partes interesadas comprendan su exposición financiera a los riesgos y oportunidades relacionados con el clima. El objetivo último de las recomendaciones de la TCFD no es sólo proteger al sistema financiero de las repercusiones del cambio climático, sino también animar a las empresas a alinear sus modelos de negocio con una economía baja en carbono. 

En el cambiante mundo empresarial actual, el valor de las recomendaciones del TCFD es evidente. El cambio climático no solo plantea problemas medioambientales, sino también importantes riesgos y oportunidades financieras a escala mundial. La TCFD proporciona un marco para que las empresas comuniquen la información financiera relacionada con el clima de forma clara y coherente. Esto es vital para que los inversores, prestamistas y suscriptores de seguros tomen decisiones informadas sobre los riesgos y oportunidades climáticos gestionados por las empresas.  

El objetivo de este artículo es analizar en profundidad las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera relacionada con el Clima (TCFD) y su importante influencia en la configuración del futuro de las prácticas empresariales sostenibles. Al explorar los beneficios de las recomendaciones de la TCFD, vemos que mejoran la gestión del riesgo, aumentan la confianza de los inversores y garantizan la sostenibilidad. También abordamos los retos que plantea la adopción de estas recomendaciones y ofrecemos soluciones prácticas, haciendo hincapié en el papel de la innovación y la tecnología. Este examen pretende mostrar el cambio significativo en las estrategias empresariales que induce la TCFD, destacando la necesidad de alinearse con una economía baja en carbono para un futuro financiero sostenible. 

Beneficios de adoptar las recomendaciones de la TCFD 

Mejora de la gestión de riesgos 

Uno de los beneficios más significativos de la adopción de las recomendaciones del TCFD es la mejora de las prácticas de gestión de riesgos. Las empresas que integran las directrices del TCFD en sus procesos de gestión de riesgos están mejor equipadas para identificar, evaluar y gestionar los riesgos relacionados con el clima. Este enfoque proactivo permite a las empresas anticiparse a las posibles repercusiones financieras derivadas del cambio climático, que van desde los riesgos físicos directos debidos a fenómenos meteorológicos extremos hasta los riesgos de transición asociados al cambio hacia una economía con bajas emisiones de carbono. Al conocer estos riesgos en una fase temprana, las empresas pueden desarrollar estrategias más sólidas para mitigarlos, asegurando así sus operaciones y cadenas de suministro frente a futuras incertidumbres. Además, esta mayor capacidad de evaluación del riesgo permite a las empresas comunicar eficazmente a las partes interesadas su exposición al riesgo y sus estrategias de gestión, fomentando así la transparencia y la confianza. 

Mayor confianza de los inversores 

La adopción de las recomendaciones de la TCFD también se ha traducido en un aumento significativo de la confianza de los inversores. Estudios recientes han demostrado que las empresas que divulgan información financiera relacionada con el clima en consonancia con las directrices del TCFD atraen más inversiones. Según un estudio realizado por la Global Sustainable Investment Alliance, los activos de inversión sostenible alcanzaron los $35,3 billones a principios de 2020, lo que supone un aumento de 15% con respecto a 2018[2]. Este aumento subraya la creciente importancia que los inversores conceden a la información relacionada con el clima para la toma de decisiones. Además, un informe de CDP concluyó que las empresas con una divulgación transparente de su impacto medioambiental, incluida la adhesión a las recomendaciones del TCFD, obtienen de media una valoración 67% más alta por parte de los inversores en comparación con sus homólogas menos transparentes. Estos datos ponen de relieve el papel fundamental que desempeñan las divulgaciones alineadas con la TCFD a la hora de generar confianza entre los inversores y asegurar el futuro financiero de una empresa en un mercado cada vez más sensible a la sostenibilidad medioambiental.

Sostenibilidad y rentabilidad a largo plazo 

La adopción de las recomendaciones del TCFD está estrechamente vinculada a la sostenibilidad y la rentabilidad a largo plazo de las empresas. Las empresas que integran la información financiera relacionada con el clima en sus operaciones y estrategias no solo responden a las tendencias actuales, sino que se posicionan para un éxito futuro sostenido. Al comprender y actuar sobre los riesgos y oportunidades financieros que presenta el cambio climático, estas organizaciones tienen más probabilidades de innovar, adaptarse y sobrevivir en una economía futura que favorezca las prácticas sostenibles. Esta previsión puede conducir al desarrollo de nuevos productos, servicios y mercados que se ajusten a una economía más ecológica y con bajas emisiones de carbono, abriendo vías de crecimiento y rentabilidad hasta ahora inexploradas. 

Además, las empresas que dan prioridad a la sostenibilidad a través del cumplimiento del TCFD a menudo son testigos de eficiencias operativas, como la reducción del consumo de energía y los residuos, lo que se traduce en un ahorro de costes. Este enfoque responsable de la actividad empresarial tiene eco entre los consumidores, los inversores y los socios, lo que puede mejorar la cuota de mercado y la confianza de las partes interesadas. En consecuencia, la sostenibilidad y la rentabilidad a largo plazo de las empresas mejoran a medida que evolucionan en armonía con los esfuerzos mundiales para combatir el cambio climático, garantizando que sigan siendo relevantes y competitivas en un mundo en transformación. Por lo tanto, las recomendaciones de la TCFD no solo orientan a las empresas hacia un modelo económico más sostenible, sino que también subrayan el vínculo inseparable entre la responsabilidad medioambiental y la viabilidad financiera. 

Retos y soluciones 

Retos comunes en la adopción de las recomendaciones de la TCFD 

La adopción de las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera relacionada con el Clima (TCFD) presenta varios retos comunes para las empresas.  

Una cuestión primordial es la falta de datos y métricas precisos evaluar e informar con precisión sobre los riesgos y oportunidades relacionados con el clima. Muchas empresas tienen dificultades para cuantificar las implicaciones financieras del cambio climático en sus operaciones y cadenas de suministro, en gran parte debido a la incertidumbre de las proyecciones climáticas y sus repercusiones indirectas en la economía mundial. Además, la integración de los riesgos relacionados con el clima en los marcos y estrategias de gestión de riesgos existentes exige conocimientos y experiencia sustanciales que muchas empresas pueden no poseer inicialmente. 

Otro reto importante es la necesidad de un cambio cultural en las organizaciones para priorizar y integrar la sostenibilidad en las prácticas empresariales básicas. Esto suele requerir un cambio fundamental de mentalidad desde el equipo directivo hasta los niveles operativos, fomentando un compromiso de toda la organización con la sostenibilidad. Además, el coste asociado a la aplicación de las recomendaciones de la TCFD, incluidas las inversiones en nuevas tecnologías y sistemas para mejorar la recopilación y el análisis de datos, puede suponer un obstáculo para muchas empresas, especialmente las pequeñas y medianas empresas (pymes) con recursos limitados. 

Además, existe el reto de navegar por entornos normativos en evolución. Dado que los gobiernos de todo el mundo se encuentran en diferentes fases de aplicación de los marcos normativos para la divulgación de información relacionada con el clima, las empresas pueden tener dificultades para adaptar sus informes a los requisitos legales actuales y futuros, satisfaciendo al mismo tiempo las expectativas de las partes interesadas. 

Por último, está la cuestión de participación de las partes interesadas. Comunicar eficazmente la información financiera relacionada con el clima a las partes interesadas requiere transparencia y una comprensión clara de qué información es valiosa para los inversores, los clientes y el público. Esto requiere un enfoque estratégico de la comunicación y la información que muchas empresas aún están desarrollando. 

Estrategias para superar estos retos 

Superar los retos asociados a la adopción de las recomendaciones de la TCFD implica un enfoque polifacético, que haga hincapié en la planificación estratégica, el desarrollo de capacidades y la participación de las partes interesadas. 

Desarrollar una hoja de ruta clara: Las empresas pueden empezar por desarrollar una hoja de ruta clara para integrar la información financiera relacionada con el clima en sus operaciones. Este plan debe definir objetivos específicos, plazos y responsabilidades para toda la organización. Es crucial priorizar los esfuerzos iniciales en las áreas con mayores riesgos y oportunidades relacionados con el clima, ampliándolos gradualmente para cubrir todos los aspectos relevantes del negocio. 

Invertir en conocimiento y experiencia: La creación de capacidad interna es esencial para hacer frente a la falta de datos y parámetros precisos. Esto puede implicar la formación del personal existente, la contratación de nuevos talentos con experiencia en análisis de riesgos climáticos y sostenibilidad, o la asociación con consultores externos. Invertir en el intercambio de conocimientos y en la mejora de las competencias puede ayudar a integrar las consideraciones climáticas en la cultura empresarial y en los procesos de toma de decisiones. 

Aprovechar la tecnología: Para afrontar el reto de la recopilación y el análisis de datos, las empresas deben aprovechar las soluciones tecnológicas y de software que facilitan el seguimiento, el análisis y la notificación eficientes de la información relacionada con el clima. La automatización y la IA pueden desempeñar un papel importante en la mejora de la precisión y la fiabilidad de las evaluaciones de los riesgos climáticos. 

Fomentar una cultura de la sostenibilidad: El cambio cultural es fundamental para integrar la sostenibilidad en las prácticas empresariales básicas. Los líderes empresariales deben defender el valor de la sostenibilidad y la gestión del riesgo climático, integrando estos principios en la visión y la estrategia de la organización. La creación de equipos o comités interfuncionales dedicados a las iniciativas de sostenibilidad puede ayudar a garantizar la rendición de cuentas e impulsar el compromiso interno. 

Compromiso con las partes interesadas: Una comunicación transparente y eficaz con las partes interesadas puede mitigar los retos relacionados con su participación. Las empresas deben debatir periódicamente sus avances en la divulgación de información financiera relacionada con el clima con inversores, clientes, proveedores y empleados, recabando sus opiniones y ajustando las estrategias en consecuencia. Este diálogo abierto ayuda a alinear los esfuerzos de la empresa con las expectativas de las partes interesadas y genera confianza. 

Navegar por los entornos normativos: Mantenerse informado sobre la evolución de los requisitos normativos es crucial para el cumplimiento y el posicionamiento estratégico. Las empresas deben comprometerse activamente con la evolución de las políticas y participar en grupos o foros del sector para compartir buenas prácticas y conocimientos. Este enfoque proactivo no solo ayuda a cumplir la normativa, sino que posiciona a la empresa como líder en sostenibilidad. 

Conclusión 

La adopción de las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera relacionada con el Clima (TCFD) beneficia a las empresas y al sector financiero. Estas directrices ayudan a las empresas a comprender y gestionar los riesgos y oportunidades climáticos, mejorando su sostenibilidad y salud financiera. El marco de la TCFD apoya las estrategias empresariales resilientes que se adaptan al cambio climático, aumentando la confianza de los inversores y las partes interesadas. Las divulgaciones alineadas con la TCFD proporcionan a los inversores información esencial, lo que permite tomar mejores decisiones basadas en la gestión del riesgo climático de las empresas. Esta transparencia promueve la inversión en proyectos sostenibles y con bajas emisiones de carbono, fomentando un cambio hacia la responsabilidad medioambiental en todos los mercados. 

Adoptar las recomendaciones de la TCFD es crucial para una economía sostenible, haciendo que las consideraciones climáticas formen parte de la información financiera. Fomenta la innovación ecológica y las oportunidades de crecimiento económico, minimizando el impacto medioambiental. La aplicación de las directrices de la TCFD es un paso adelante para abordar los riesgos financieros del cambio climático para el sistema financiero mundial, mejorando la estabilidad y la prosperidad. 

 

Fuentes:

[1] https://www.fsb-tcfd.org/about/

[2] https://www.gsi-alliance.org/wp-content/uploads/2021/08/GSIR-20201.pdf

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