TCFD Riesgo de transición: qué saber y cómo mitigarlo

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AnhNguyen  
- 14 de agosto de 2024

A medida que la economía mundial cambia para luchar contra el cambio climático, es muy importante que las empresas gestionen los nuevos riesgos. Estos riesgos de la Transición del TCFD proceden de nuevas normas, nuevas tecnologías y cambios [...]

A medida que la economía mundial cambia para luchar contra el cambio climático, es muy importante que las empresas gestionen los nuevos riesgos. Estos riesgos de la Transición del TCFD proceden de nuevas normas, nuevas tecnologías y cambios en el mercado. Las empresas de diversos sectores se enfrentan a grandes riesgos cuando intentan reducir la contaminación. Estos riesgos pueden provocar la pérdida de activos, costes añadidos y una caída del valor de mercado. Las empresas pueden reducir estos riesgos elaborando planes para luchar contra el cambio climático, invirtiendo en tecnología no contaminante y cumpliendo mejor las normas. Actuar a tiempo no sólo reduce los problemas, sino que también encuentra nuevas oportunidades en la nueva economía, menos perjudicial para el medio ambiente. 

¿Qué es el riesgo de transición?

El riesgo de transición se refiere a los peligros a los que pueden enfrentarse las empresas cuando el mundo empiece a centrarse más en formas ecológicas de luchar contra el cambio climático. Estos riesgos pueden provenir de cambios en la legislación, tendencias del mercado, mejoras tecnológicas y deseos de los clientes. A medida que los países y los grupos Emisiones de gases de efecto invernadero como parte del Acuerdo de París, las empresas que no estén a la altura pueden sufrir importantes consecuencias. 

Grupo de trabajo para la divulgación de información financiera relacionada con el clima (TCFD) identifica los riesgos en tres tipos: climáticos, de transición y físicos. 

El marco divide los riesgos del cambio climático en dos grupos. Uno se refiere al cambio hacia un mundo con bajas emisiones de carbono y el otro a los efectos físicos de la crisis climática. 

A continuación, desglosa los riesgos de la transición en cuatro partes: política y legal, tecnología, mercado y reputación: 

  • Riesgos políticos y jurídicos: Estos riesgos proceden de cambios en las leyes y normativas relacionadas con el cambio climático. Los gobiernos pueden hacer cumplir normas más estrictas, introducir nuevos impuestos o incentivos para las prácticas ecológicas, o imponer sanciones a las empresas que no las cumplan. 
  • Riesgos tecnológicos: A medida que el mundo evoluciona hacia una economía más sostenible, las empresas que funcionan con tecnología antigua pueden encontrarse con dificultades. Pueden tener dificultades para seguir el ritmo de sus competidores que utilizan tecnologías más nuevas y limpias, y podrían tener que hacer frente a costes más elevados para actualizar sus sistemas. 
  • Riesgos de mercado: Los cambios en el comportamiento y las preferencias de los consumidores también pueden plantear riesgos para las empresas. A medida que los consumidores adquieren una mayor conciencia medioambiental, pueden optar por apoyar a las empresas que se alinean con sus valores. Esto podría provocar una disminución de la demanda de productos o servicios que no sean respetuosos con el medio ambiente. 
  • Riesgos para la reputación: En la actual era digital, la reputación de una empresa es crucial. Las empresas que no aborden el cambio climático y sigan aplicando prácticas insostenibles pueden enfrentarse a la reacción de las partes interesadas y los consumidores, lo que dañaría su marca y les haría perder clientes. 

Por último, la TCFD señala dos tipos de riesgos climáticos físicos: agudos y crónicos. 

¿A qué industrias afectan los riesgos de la transición?

Los riesgos de la transición afectan a una amplia gama de industrias, y algunos sectores se enfrentan a retos más importantes que otros. El sector de la energía es especialmente vulnerable en su lucha contra el cambio de los combustibles fósiles a las fuentes de energía renovables. Las empresas que dependen del carbón o del petróleo pueden sufrir presiones normativas y caídas del mercado a medida que los países avanzan hacia alternativas más limpias, lo que exige adaptaciones rápidas o posibles cierres de empresas. Según Statista [1], en 2023, Estados Unidos utilizó menos combustibles fósiles, reduciéndose a 77,18 cuatrillones de unidades térmicas británicas desde los 78,5 cuatrillones del año anterior. Al mismo tiempo, el uso de energía renovable experimentó un pequeño aumento, terminando en 8,24 cuatrillones de unidades térmicas británicas para el año. 

Las industrias del transporte y la automoción también se enfrentan a formidables riesgos de transición. Con el creciente impulso de los vehículos eléctricos y las soluciones de transporte sostenible, los fabricantes tradicionales pueden tener dificultades a menos que inviertan en nuevas tecnologías e innoven sus ofertas. Si no se adaptan a la evolución de la normativa o de las preferencias de los consumidores, podrían perder cuota de mercado. 

Los sectores inmobiliario y de la construcción tampoco están exentos, a medida que aumenta la demanda de prácticas de construcción sostenibles. Las empresas que no adopten diseños y materiales eficientes desde el punto de vista energético pueden encontrarse en desventaja ante unos códigos de construcción más estrictos y un cambio en las preferencias de los compradores hacia viviendas y oficinas ecológicas. La Asociación Mundial del Cemento y el Hormigón (Global Cement and Concrete Association) se ha fijado el objetivo de tener cero emisiones de carbono y lograr neutralidad de carbono para 2050. Se trata de una gran tarea teniendo en cuenta que fabricar cemento requiere mucha energía [2]. 

Por último, el sector agrícola se enfrenta a riesgos de transición relacionados con los cambios en el comportamiento de los consumidores y las políticas reguladoras destinadas a promover prácticas agrícolas sostenibles. Los agricultores y productores de alimentos que ignoren estos cambios pueden enfrentarse a un mayor escrutinio y presión del mercado, lo que afectaría a su rentabilidad y a su capacidad para competir en un mercado en constante evolución. 

Repercusiones financieras de los riesgos de transición

Los riesgos de transición pueden tener importantes repercusiones financieras para las empresas, influyendo en todos los aspectos, desde el flujo de caja hasta la rentabilidad a largo plazo. He aquí las principales repercusiones financieras a tener en cuenta: 

  • Disminuye la valoración de activos: A medida que los mercados se orientan hacia alternativas más ecológicas, las inversiones en combustibles fósiles o en industrias de altas emisiones pueden experimentar fuertes caídas de valor. Los inversores podrían reevaluar el valor de estos activos, lo que reduciría las valoraciones de los balances y podría provocar amortizaciones. Las predicciones vinculadas al Escenario de Desarrollo Sostenible (SDS) de la AIE, que se ajusta a un escenario de calentamiento global de 2 °C, sugieren un descenso significativo de los ingresos públicos directos procedentes de los combustibles fósiles. En concreto, para 2050, países como Brasil, China, Indonesia y Rusia podrían ver caer sus ingresos a aproximadamente 35% de lo registrado en 2019. Del mismo modo, India y Sudáfrica podrían experimentar una caída hasta aproximadamente 65% de sus niveles de 2019 [3]. 
  • Aumento de los costes operativos: Las empresas pueden incurrir en mayores costes operativos debido a la necesidad de cumplir nuevas normativas o de implantar prácticas sostenibles. La actualización de la tecnología a opciones más limpias o la inversión en energías renovables pueden requerir un capital considerable, lo que repercute en las asignaciones presupuestarias globales y reduce la liquidez disponible. 
  • Interrupciones en la cadena de suministro: Los riesgos de la transición pueden provocar interrupciones en la cadena de suministro, ya que las empresas pueden tener dificultades para abastecerse de materias primas que cumplan las crecientes normas de sostenibilidad. Esto puede aumentar los costes de producción y reducir los márgenes de beneficio, ya que las empresas pueden tener que conseguir proveedores alternativos a un precio elevado. 
  • Pérdida de cuota de mercado: Si las empresas no se adaptan a las preferencias de los consumidores por productos y servicios respetuosos con el medio ambiente, corren el riesgo de perder cuota de mercado frente a competidores que se orienten con éxito hacia la sostenibilidad. Esta pérdida puede provocar una disminución de los ingresos y afectar a las previsiones de crecimiento a largo plazo. Tomemos como ejemplo la industria automovilística: a medida que la tendencia se inclina hacia los coches eléctricos, los vehículos normales con motor de combustión interna ven reducida su presencia en el mercado. Según la AIE [4], se ha producido un aumento significativo en la compra de vehículos eléctricos, con la asombrosa cifra de 3,5 millones más vendidos en 2023 en comparación con 2022, lo que supone un aumento anual de 35%. Impresionantemente, esta cifra es más de seis veces superior a la registrada hace tan solo media década, en 2018. 
  • Multas y sanciones reglamentarias: El incumplimiento de los nuevos requisitos normativos puede acarrear importantes multas y sanciones. Además, las frecuentes batallas legales pueden agotar los recursos financieros y comprometer los resultados de la empresa. 
  • Costes del seguro: A medida que aumentan la frecuencia y la intensidad de los fenómenos climáticos, las primas de los seguros pueden aumentar, lo que supondría una carga adicional para los recursos financieros. Las empresas pueden tener dificultades para obtener cobertura para las actividades de alto riesgo, lo que puede provocar la paralización de las operaciones. 
  • Escrutinio de los inversores y acceso a la financiación: La incapacidad para gestionar eficazmente los riesgos de transición puede dar lugar a un mayor escrutinio por parte de los inversores. Las empresas pueden tener más dificultades para recaudar fondos a través de ofertas de capital o deuda, ya que el capital está cada vez más vinculado a consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza (ASG). La falta de transparencia a la hora de abordar estos riesgos puede alejar a los inversores concienciados con el medio ambiente. 

En general, navegar por los riesgos de la transición requiere un enfoque proactivo para mitigar los posibles impactos financieros y aprovechar las oportunidades emergentes en una economía más sostenible. 

Estrategias para mitigar los riesgos de la transición

Para gestionar eficazmente los riesgos de la transición, las empresas pueden adoptar varias estrategias que no sólo las protejan de posibles impactos financieros, sino que también las posicionen como líderes en sostenibilidad. He aquí algunas estrategias clave: 

  1. Invertir en tecnologías sostenibles: Las empresas deben realizar una transición proactiva hacia tecnologías más limpias invirtiendo en investigación y desarrollo de prácticas sostenibles. Integrando sistemas energéticamente eficientes y fuentes de energía renovables, las empresas pueden reducir los costes operativos y mejorar su atractivo en el mercado. 
  2. Aumentar la resistencia de la cadena de suministro: Es vital construir una cadena de suministro sólida, capaz de soportar los riesgos de la transición. Las empresas pueden conseguirlo diversificando su base de proveedores, haciendo hincapié en las asociaciones con proveedores sostenibles e incorporando flexibilidad a sus estrategias de abastecimiento. 
  3. Implicar a las partes interesadas y fomentar la transparencia: La comunicación regular con las partes interesadas, incluidos clientes, inversores y empleados, puede mejorar la reputación de una empresa y fomentar la confianza. Al informar con transparencia sobre los avances en las iniciativas de sostenibilidad y abordar los riesgos relacionados con el clima, las empresas pueden alinearse mejor con los valores de los consumidores y las expectativas de los inversores. 
  4. Desarrollar un marco global de gestión de riesgos: Es esencial establecer un marco exhaustivo para evaluar y gestionar los riesgos de transición. Esto incluye evaluar periódicamente las posibles repercusiones del cambio climático en la empresa, adaptar las estrategias corporativas en consecuencia y realizar análisis de escenarios para comprender los riesgos y oportunidades futuros. 
  5. Buscar la certificación y el cumplimiento de las normas: Obtener certificaciones relacionadas con normas medioambientales no sólo puede mejorar la credibilidad de una empresa, sino también abrir nuevas oportunidades de mercado. El cumplimiento de las prácticas sostenibles establecidas puede demostrar un compromiso empresarial responsable, atrayendo a clientes concienciados con el medio ambiente. 
  6. Abogar por cambios políticos: Participar en debates políticos puede permitir a las empresas influir en las normativas que guían la transición hacia una economía sostenible. Colaborar con grupos industriales para abogar por políticas favorables puede contribuir a nivelar las condiciones para todos los agentes del mercado. 

Aplicando estas estrategias, las empresas no sólo pueden mitigar el impacto de los riesgos de transición, sino también aprovechar la sostenibilidad como elemento diferenciador clave en un mercado cada vez más consciente de la ecología. 

Conclusión

En conclusión, la transición hacia la sostenibilidad no es sólo un reto, sino una oportunidad para que las empresas innoven y prosperen en un mercado que cambia rápidamente. Mediante la adopción de estrategias proactivas para hacer frente a los riesgos de la transición, las empresas pueden mejorar su capacidad de recuperación, fomentar relaciones más sólidas con las partes interesadas y alinearse con la creciente demanda de prácticas responsables con el medio ambiente. Adoptar la sostenibilidad no sólo salvaguarda la salud financiera, sino que también posiciona a las organizaciones como pioneras en un futuro eco-consciente, contribuyendo en última instancia a una economía más sostenible y equitativa para todos. A medida que el panorama mundial siga evolucionando, quienes se comprometan con estos principios surgirán probablemente como líderes, impulsando el progreso y el cambio positivo dentro de sus sectores. 

Referencias: 

[1] https://www.statista.com/statistics/184024/us-energy-consumption-from-fossil-fuels-and-renewables-since-1999/ 

[2] https://gccassociation.org/concretefuture/ 

[3] https://www.iisd.org/system/files/2022-07/fossil-fuel-phase-out-briics-economies.pdf 

[4] https://www.iea.org/reports/global-ev-outlook-2024/trends-in-electric-cars

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